La educación financiera no es una asignatura en los colegios. De ahí que un gran número de personas aprenden mucho antes a gastar su dinero que a producirlo o ahorrarlo. Desconocen, además, que existen herramientas como el plan de ahorro que, si es ejecutado correctamente, les permitirá lograr metas a corto, mediano o largo plazo.
Adicionalmente, vivir en países cuyas economías pasan por fuerte recesión económica, hace cada vez más cuesta arriba comprar una casa propia o mantener en óptimo estado la que ya se tiene. Por ende, el dinero que ingresa al hogar literalmente se va en un abrir y cerrar de ojos dejando insatisfechas muchas necesidades.
Al leer este artículo podrá conocer más sobre el ahorro, incluyendo algunos métodos existentes, las ventajas que aporta un plan de ahorro y cómo crear uno a la medida. También lee brindaremos ciertos tips para aprender a frenar compras impulsivas y economizar dinero dentro del hogar para destinarlo al mantenimiento del mismo.
Pasos previos al plan de ahorro
Antes de pensar en el plan de ahorro se deben tener claros conceptos básicos como gastos y ahorro. Cuando se habla de gastos se hace referencia al dinero que ya no se tiene porque fue empleado como medio de pago de algún bien o servicio. Aquí hay que tomar en cuenta que los gastos siempre deben ser menores que los ingresos, para ser financieramente saludables.
De no darse la condición anterior, la capacidad de ahorro se vería seriamente afectada. El ahorro es la parte de los ingresos que no se usa en el consumo, sino que se guarda para el futuro.
Cabe destacar que el origen de la palabra ahorro da una clave de su verdadera función. Ahorro proviene del árabe hurr (de condición libre) y se refería al bien de intercambio que el esclavo o prisionero que iba a ser liberado iba juntando para obtener su libertad. Aún hoy en día el ahorro se asocia con la idea de libertad para construir futuro.
Métodos de ahorro que puede poner en práctica
Existen diversos métodos para ahorrar, uno de ellos es la regla del 50/30/20 que consiste en organizar los ingresos asignando el 50% para cubrir necesidades y gastos corrientes del día a día, 30% para ocio y antojos; y 20% para el ahorro. Existen variantes con otros porcentajes o más categorías, pero el concepto es el mismo: asegurar que una parte de los ingresos se va a ahorrar.
Otro método muy popular es el llamado reto de las 52 semanas. Se llama así porque ese es el número de semanas que tiene un año y se trata de ahorrar cada día una cantidad que debe irse incrementando hasta llegar a la semana 52.
Por ejemplo, se puede empezar ahorrando un dólar en la primera semana, dos dólares en la segunda, tres en la tercera y así sucesivamente hasta que se llega a cincuenta y dos dólares en la semana 52. Al final se habrá conseguido un ahorro de 1.378 dólares.
El método funciona porque son cantidades pequeñas al principio y esto facilita que las personas se vayan acostumbrando a reservar un monto y a ir teniendo menos dinero disponible para gastar. Eso sí, se debe ser disciplinado y, de ser posible, motivar a amigos para que cada quien haga su reto personal. La idea es darse mutuo apoyo que les permitirá alcanzar la meta.
Si bien cualquiera de estos métodos funciona, lo más recomendable es que se haga un plan de ahorro pues éste va mucho más allá y ayuda a adquirir mejores hábitos de consumo.
El plan de ahorro: la autopista a tus metas
El plan de ahorro no deja nada al azar pues indica los pasos o procedimientos que deben seguirse para lograr reunir un monto en un tiempo determinado, pudiendo ser este a corto, mediano o largo plazo.
Al elaborar un plan de ahorro es fundamental que haya una planificación previa que incluya el objetivo que se quiere alcanzar y los escenarios diversos que se puedan dar a nivel económico, incluyendo las posibles respuestas ante estos.
Un plan a corto plazo, el que contempla un tiempo menor o igual a un año, puede servir para costear las vacaciones, pagar una fiesta de 15 años, por mencionar algunas ideas.
Si el objetivo se pretende lograr en 1 a 5 años, se habla de un plan a mediano plazo. Por ejemplo, comprar una vivienda, pagar un auto o ahorrar para pagar la universidad de un hijo. Sin embargo, todo depende de los ingresos familiares que se tengan y que permitan mayor o menor ahorro en un periodo de tiempo definido.
Mientras que metas proyectadas a más de 5 años se relacionan con un plan a largo plazo. Ejemplo de ello, puede ser ahorrar para la jubilación o para crear un colegio, entre otras múltiples opciones.
¿Cómo hacer un plan de ahorro para comprar una casa?
Para comenzar un plan de ahorro se necesita tener clara la meta u objetivo que se desea alcanzar, voluntad de hacerlo y paciencia. En este caso se trabajará como objetivo la compra de una vivienda. En tal sentido, se proponen 9 pasos.
Paso 1. Análisis de la economía personal: Anote todos sus ingresos y egresos durante un mes, para determinar cuánto gana y cuánto gasta en ese lapso. Incluya cualquier gasto en el que incurra, sea fijo (alquiler, comida, alimentación, hipotecas, educación, deudas, servicios, trasporte) o variable (ropa y calzado, comidas fuera de casa, diversión, emergencias, antojos). No se olvide de propinas o limosna dominical, en caso de haberlas.
Para registrar gastos use desde una simple hoja de papel y un lápiz, una hoja de cálculo o si lo prefiere una app gratuita.
Paso 2: Establezca categorías para los gastos Estas categorías generalmente incluyen:
Necesidades: Estos gastos se relacionan con la satisfacción de las necesidades primarias del ser humano. Son constantes y no negociables como la alimentación, pagos de hipoteca, educación, alquiler, comida y seguro médico, entre otros.
Deseos: Alegran la vida, pero se puede prescindir de ellos. Aquí se incluyen la comida para llevar, delivery, ropa nueva, pintar el carro de otro color y muchos más.
Recreación y cultura: Incluye actividades de disfrute y esparcimiento que generen gasto. Por ejemplo, el cine, conciertos, teatro, televisión paga y eventos.
Imprevisto: Son aquellos gastos que no se esperan porque ocurren esporádicamente y muchas veces se relacionan con emergencias. Aquí entran, por ejemplo, el choque de un carro, destape de cañerías del hogar, multas e infracciones.
Una vez que ha establecido sus categorías ubique cada desembolso realizado en la categoría que le corresponde y anote el monto que ha gastado, para que al final de mes pueda totalizar.
Una vez concluidos los pasos 1 y 2 podrá observar si tiene una economía personal sana, es decir si sus entradas son mayores que sus gastos y a cuál rubro se dirige la mayor cantidad de dinero.
Paso 3: Reduzca los gastos prescindibles.
Lo que se busca es racionalizar el consumo. Esto se traduce en no gastar más de lo que se gana y vivir con lo que realmente es imprescindible. Como lograr este paso no es tan sencillo para todo el mundo, es imprescindible que piense bien antes de comprar.
Algunas preguntas que pueden ayudar a disminuir las compras impulsivas son:
¿Realmente necesito este artículo o ya tengo algo similar?
¿Tengo espacio para tenerlo?
¿Busqué la mejor oferta para este artículo o lo estoy comprando en el primer sitio donde lo encontré?
¿Comprar este artículo me va a endeudar de manera significativa?
¿Me siento emocionalmente bien o estoy triste, deprimido, ansioso o enfadado?
¿Tener este artículo me va a traer algún bienestar o beneficio?
Una vez que se logran reducir los gastos se dispondrá de una mayor cantidad de dinero para el ahorro.
Paso 4. Determinar meta de ahorro: Para saber cuánto hay ahorrar cada mes, defina el monto final que se requiere para, en este caso, comprar una casa. Idealmente se aconseja que previamente se asesore con un agente inmobiliario o, al menos consulte las redes o medios de circulación nacional. Luego debe dividirse entre los meses totales que se tiene para reunir la cantidad. Así se hará una estimación real de cuánto se requiere guardar cada mes en el plan de ahorro personal.
Una vez determinado ese monto, éste debe incluirse como un gasto imprescindible mensual. Trate de ahorrar al menos el 10% de sus ingresos y de ser posible vaya aumentando hasta llegar al 20%.
Paso 5: Establezca su presupuesto mensual. Aquí debe incluir todas las categorías que estableció y el monto que va a destinará mensualmente a cada una de ellas.
Paso 6: Revise su cumplimiento de metas mensualmente
Una vez se tiene definido el presupuesto de gastos y metas de ahorro se debe examinar al final del mes si se cumplieron las mismas. En caso de no haberlo logrado, reflexionar acerca de cuáles cambios debe realizar.
Paso 7: Evitar contraer nuevas deudas: El uso de instrumentos de crédito viene acompañado de pago de intereses que generan nuevas obligaciones y pueden desequilibrar los presupuestos establecidos.
Hay que tener en cuenta que las entidades financieras evalúan el historial crediticio antes de otorgar un crédito hipotecario. Si se tiene pensado solicitar uno de ellos para comprar la casa es importante no haber caído en mora.
Paso 8: Impulsar el plan de ahorro con ingresos extra
Entre más ingresos se perciba mensualmente se puede aumentar el porcentaje que se destina a ahorro. Por eso, se puede aprovechar la tendencia del teletrabajo para generar ingresos adicionales en el tiempo libre.
Paso 9: Proteger los ahorros
En países con alta inflación es aconsejable que a medida que se va reuniendo el dinero se cambie a moneda “dura”, se invierta en criptoactivos o en instrumentos de ahorro que brindan los bancos. De esta manera no solo se generan ingresos pasivos, sino que se evita que sea malgastado o empleado para un fin distinto al que fue concebido.
Plan de ahorro: el mejor aliado para mantener su hogar
Tener una vivienda implica gastos de mantenimiento de los sistemas de aire acondicionado, agua, gas, electricidad. Además del aspecto de las paredes, cuidado desde los cimientos al techo y la jardinería. Estos montos pueden afrontarse más fácilmente si se realiza un plan de ahorro con esta meta.
De igual manera, también se pueden reducir los gastos dentro del hogar y destinar este ahorro al mantenimiento aplicando las siguientes ideas:
- Usar los servicios eléctricos, telefónicos y de gas de manera racional, evitando consumos excesivos. Preferir el uso de los mismos en horas donde la tarifa sea menor y apagando artefactos y luces que no se necesiten
- Revisar el estado tuberías, flotantes, llaves para evitar fugas de agua dentro de la casa. Evitar el uso de manguera para lavar carros o barrer las hojas de los árboles.
- Preferir la pintura plástica que la pintura a base de aceite para las paredes interiores y mantenerlas limpias para evitar el gasto que representa una nueva pintura.
- Cumplir las normativas locales para el bote de basura, sacada de escombros, paseo de mascotas y así evitar ser multado.
- Revisar el sistema eléctrico del hogar cada cierto tiempo para cambiar unidades defectuosas que puedan generar cortos circuitos e incendios.
- Si la casa posee áreas verdes, hacerles mantenimiento periódico para evitar que la raíces rompan la acera o las ramas de los árboles caigan sobre carros o techos.
- Mantener la casa limpia, ordenada e iluminada para evitar que algún miembro de la familia sufra una caída que genere gastos médicos.
- Atender rápidamente cualquier filtración o daño que sufra la casa ya que postergar su reparación solo hará que los gastos sean mayores.
Ahorrar es una conducta que se modela poco a poco hasta convertirse en hábito y luego en costumbre. Por ello, es indicado que los padres lo fomenten en sus hijos para que cuando necesiten hacer un plan de ahorros les sea mucho más sencillo. Sin embargo, nunca es tarde para comenzar, solo hace falta paciencia, constancia, metas claras y voluntad.
Un plan de ahorro es una valiosa herramienta que ayuda a tener una mejor calidad de vida en el futuro y a poder reunir un soporte económico para afrontar emergencias que impliquen gastos imprevistos.
También hace posible conseguir sueños que parecen inalcanzables como tener una casa propia o mantener en perfecto estado la que ya se tiene e incluso producir el capital para realizar inversiones que ayuden a aumentar el patrimonio. Esto se debe a que el plan de ahorro permite organizar ingresos y disminuir gastos, así como priorizar el consumo y adquirir el hábito del ahorro.